martes, 27 de septiembre de 2011

Tiempos Modernos. Google Street View (GSV)

Para este primera entrada, he rebuscado en mi armario y me he puesto una corbata viajera, una que lleva integrada una videocámara espía. Me he acordado de ella leyendo el artículo de Sergio C. Fanjul Morbosa y polémica trastienda global. Unas líneas que hablan sobre la capacidad que nos brinda Google con una de sus herramientas más inquietantes: Google Street View.

Esta aplicación integrada en Google Earth y Google Maps nos permite obtener panorámicas de 360 grados de prácticamente cualquier lugar del planeta. La oportunidad de visitar el Central Park de Nueva York, el Museo del Prado de Madrid o darse una vuelta por la isla de Madagascar desde el ordenador de su casa ya es una realidad. Con tan solo un click de ratón el programa te lleva a la zona seleccionada a pie de pista, como si de un videojuego en primera persona se tratara.



Pues bien, ya se pueden hacer una idea de la utilidad de esta herramienta. Podríamos experimentar una visita virtual al lugar donde queremos viajar antes de tomar la decisión de ir o no, desplazarnos a la zona concreta de una noticia de actualidad para ver que está pasando, recopilar fotos de algún sitio que nos agrade etc. pero también es cierto que simplemente podríamos clickar en una calle cualquiera del centro de Praga solo por curiosidad. Es en ese momento cuando quizás veríamos algo tan banal como una pareja tomando algo en un bar, un señor riñendo a su perro, una familia montando en bici o de repente ver algo curioso que nos llamase la atención. Es en esta última experiencia donde a lo mejor pudiera existir la polémica y a su vez, el arte.

En el artículo citado antes, se mencionan al artista canadiense Jon Rafman y el fotógrafo alemán Michael Wolf. Ambos emprendieron un viaje por el GSV en busca de esas imágenes curiosas que fueron recopilando en sus proyectos Nueve ojos y Una serie de sucesos desafortunados. Con estos trabajos, estos autores intentaron demostrar el valor de la individualidad del ser humano y el hecho de que esos individuos no supieran que estaban siendo fotografiados es lo que ahora otorga un aliciente a la imagen.

Al final, las fotos que este programa recopila ni mucho menos están bien ejecutadas ni son obtenidas con una buena técnica, lo que aquí prima es la sensación de vivir por un instante el momento de otra persona. Es el valor añadido que suprime la carencia de técnica y calidad de la imagen y alimenta una sensación morbosa y a su vez artística.


En la parte polémica que toca este tema, estaríamos hablando de la violación al derecho a la intimidad, a la privacidad e incluso a la cultura. Algo que para algunos puede ser exagerado y para otros un peligro que empieza a acecharnos y del que habría que preocuparse.

Yo mismo podría empezar a especular, cosa que no voy a hacer porque no me siento amenazado, sobre empresas que gracias a este tipo de software nos controlan, saben donde vivimos y a que dedicamos nuestro tiempo, pensamiento que en algún momento me ha rondado por la cabeza pero nunca de manera alarmista. No obstante, si esto fuera así, no solo hablaríamos del GSV, la mayoría de ciudadanos estamos colaborando gracias a las redes sociales, a las fotos, videos y audio que subimos día tras día a la red a que nuestra vida quede registrada en internet. Algo que hacemos de una manera libre, porque queremos, porque vivimos en la era digital y porque estamos muy cómodos. A nivel documental, entre todos estamos creando un gran banco de recursos audiovisuales que son de gran utilidad y que deberíamos de aprovechar, ya sea a nivel informativo, social, cultural, laboral o de entretenimiento. Cualquier usuario de redes como Youtube o Flikcr podrá comprobar la inmensa mayoría de material nuevo que diariamente se incorpora a la web, ya sean obtenidos con dispositivos móviles, cámaras digitales o videocámaras profesionales. Aquí todo vale y las posibilidades de uso son muy grandes.

Para finalizar, a título personal diré que soy un fiel usuario de la red y que acogo todos estos tipos de recursos porque están a mi alcance y por que les encuentro una utilidad. Siento que aprovecho lo que se me ofrece y me parecería un error no usar estas herramientas ahora que por suerte, vivimos en tiempos modernos. ¡Hasta la siguiente entrada!

Enlace al artículo:
http://www.elpais.com/articulo/portada/Morbosa/polemica/trastienda/global/elpepusoceps/20110710elpepspor_4/Tes

No hay comentarios:

Publicar un comentario